Quizás es una utopía pensar en nombrar a alguien "presidente mundial", pues sería prácticamente imposible gobernar de alguna manera todos los países a la vez. Pero durante todos estos años, sin darnos cuenta, hemos estado a la sombra de la mayor potencia política y económica, los Estados Unidos.
En estos momentos podríamos calificar al presidente estadounidense Barack Obama como nuestro "presidente mundial". A simple vista -y sin filtraciones de Wikileaks- podemos ver quien ha sido el artífice de que Mubarak haya cedido en cierto modo ante las insurreciones del pueblo egipcio, él, Obama, cargando a sus espaldas con la responsabilidad que conlleva establecer contacto con estados que se tambalean, lo ha conseguido. Bueno, él y EEUU.
Ahora, tras los primeros pasos dados, es cuando los grandes países europeos -Francia, Gran Bretaña, Alemania- comienzan a alzar mínimamente la voz, pues con el trabajo más difícil ya realizado, todo resulta mucho más sencillo. Por otro lado está China ,que por mucho que se hable de su crecimiento económico, está, bajo mi punto de vista, a años luz de la política estadounidense, pues su régimen jamás valdrá de ejemplo para los otros países como forma de salvación.
Como remate, podría decirse que el país norteamericano es el lugar dónde se encuentra la solución a los problemas mundiales y aunque a veces pasen desapercibidos en diversos aspectos, siempre tienen algo que decir o algún sitio en el que intervenir.
Álvaro Alonso (Ferrol)
Carta publicada en La Voz de Galicia (9-2-2011)
En estos momentos podríamos calificar al presidente estadounidense Barack Obama como nuestro "presidente mundial". A simple vista -y sin filtraciones de Wikileaks- podemos ver quien ha sido el artífice de que Mubarak haya cedido en cierto modo ante las insurreciones del pueblo egipcio, él, Obama, cargando a sus espaldas con la responsabilidad que conlleva establecer contacto con estados que se tambalean, lo ha conseguido. Bueno, él y EEUU.
Ahora, tras los primeros pasos dados, es cuando los grandes países europeos -Francia, Gran Bretaña, Alemania- comienzan a alzar mínimamente la voz, pues con el trabajo más difícil ya realizado, todo resulta mucho más sencillo. Por otro lado está China ,que por mucho que se hable de su crecimiento económico, está, bajo mi punto de vista, a años luz de la política estadounidense, pues su régimen jamás valdrá de ejemplo para los otros países como forma de salvación.
Como remate, podría decirse que el país norteamericano es el lugar dónde se encuentra la solución a los problemas mundiales y aunque a veces pasen desapercibidos en diversos aspectos, siempre tienen algo que decir o algún sitio en el que intervenir.
Álvaro Alonso (Ferrol)
Carta publicada en La Voz de Galicia (9-2-2011)
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